Donald Trump ha presentado un plan que no es de paz sino de más muerte. Netanyahu aplaude porque sabe que el señuelo es una trampa para todo un pueblo. La Comunidad Internacional asiste atónita al truco de la chistera, por donde asoma una paloma en realidad hay un cadáver. El único plan viable hoy en día es el que reconozca todos sus derechos al pueblo palestino, el que aseguro que no habrá más genocidio, ni más apartheid, ni más cárcel, ni más exilio, ni más demoliciones de casas, ni más muertes de inocentes diarias. El que devuelva la tierra y sus casas arrebatadas tras tantos años de ocupación. El que ponga punto y final a tanto sufrimiento. No es un asunto de religiones, es una cuestión de vida, de humanidad, de libertad, de respeto.

Hace un año, el 27 de septiembre de 2024, junto con otros colectivos y organizaciones sociales CGT organizamos una huelga general por Palestina en el Estado español. En ese momento, se exigía la “ruptura inmediata” de relaciones comerciales, diplomáticas y militares con Israel. Aquella movilización, que contó con el apoyo de 200 organizaciones sociales y el ninguneo de las centrales UGT y CCOO, fue una de las muchísimas acciones que se están desarrollando en la denuncia del genocidio que se está cometiendo en Gaza desde hace ya dos años. Una protesta, que fue una de las muchas que han logrado torcer poco a poco el brazo del Gobierno de Sánchez hacia posturas reales de condena de la política criminal del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y su gobierno. Lamentablemente estas acciones y otras no son suficientes, solo la presión decidida y total a nivel internacional detendrá la maquinaria de muerte colonialista y genocida del Gobierno israelí. Solo el boicot generalizado al Estado de Israel conseguirá cambiar la dinámica de los acontecimientos, como ocurrió en Sudáfrica. Es desde esa lógica de denuncia, desde la que está remando la Global Sumud Flotilla, donde cientos de compañerxs de 44 nacionalidades diferentes han decidido poner rumbo hasta la costa de Gaza para estrechar la mano del pueblo palestino. Un gesto de un valor enorme, porque está construido desde la solidaridad con los pueblos, el cariño con la gente, la rabia contra las injusticias y el compromiso internacionalista.

En estas circunstancias tan terribles hay que seguir luchando desde nuestros lugares de origen. El próximo 3 de octubre hay convocados en Madrid y Aragón paros en la enseñanza en apoyo a la “educación contra la barbarie, y el sábado cuatro de octubre hay manifestaciones en prácticamente todas las ciudades del Estado español. De igual manera, hay convocado en muchos lugares del mundo una jornada de lucha el día siguiente de cualquier ataque o interferencia a la Global Sumud Flotilla. Desde nuestros centros de trabajo tenemos que ser un cuerpo masivo que cortocircuite la normalidad. Octubre va a ser una fecha decisiva en el calendario internacional para detener el genocidio. Está en juego es el destino de la humanidad, porque es intolerable permitir que se asesine impunemente a todo un pueblo mientras el mundo permanece de brazos cruzados, el plan de Trump no es de paz sino de exterminio, el de todo un pueblo. Una vez más, desde CGT tenemos claro no vamos a cejar en nuestra lucha solidaria en apoyo al pueblo palestino. Porque la humanidad tiene que vencer.

¡Alto al genocidio!

¡Defendamos la Global Sumud Flotilla!

¡Libertad para Palestina!