La siniestralidad laboral en el País Valencià ha aumentado un 30 %, y los accidentes con resultado de muerte lo han hecho en un 20 %.

A finales de 2023 la Confederación General del trabajo inicio una campaña contra la siniestralidad laboral. Visibilizar las asesinadas en sus puestos de trabajo, denunciar la precarización de las condiciones y exigir
a las administraciones públicas medidas urgentes y rotundas que frenen esta sangría de vidas es imprescindible.
https://cgt.es/siniestralidad-laboral-no-somos-numeros/
El próximo 2 de diciembre a las 11:00 horas, volvemos a concentrarnos en Castelló de la Plana, ante la Inspección de Trabajo y Seguridad Social en la avenida Dr. Clarà nº 40. Castelló. Una de las provincias de la Comunidad Valenciana con mayor índice de accidentes laborales, como así lo señala el número de fallecidos desde enero a septiembre del presente año.
Debemos recordar que en las últimas tres décadas han perdido la vida trabajando más de 40.000 personas, de las cuales casi 3.000 lo hicieron en territorio valenciano. El año pasado se contabilizaron 830 muertes de trabajadoras en todo el Estado español. Este año, hasta septiembre de 2025, ya son 547 personas las fallecidas en los casi 48.000 accidentes laborales. De estas 547 muertes, 60 han tenido lugar en el País Valencià. Los datos nos muestran una realidad devastadora para muchas familias que conocen a la perfección las condiciones laborales de sus miembros mientras que la patronal y los gobiernos -a todos los niveles y de cualquier color y signo-, se permiten continuar llamando “accidente laboral” al hecho de atentar directamente contra la salud y la seguridad de miles de personas.
Por otro lado, nos insultan cada vez que nos venden los “accidentes laborales” por “hechos que pasan sin que puedan evitarse”, nosotras sabemos que la mayoría son evitables. En absoluto son acontecimientos fortuitos e inevitables.
Desde CGT no es la primera vez que lo manifestamos: sus “accidentes” laborales tienen causas y responsables. Detrás de estos miles de sucesos hay una pauta determinada por el sistema que rige nuestras vidas desde el mismo momento de nacer.
El capitalismo permite que las estructuras económicas y políticas que lo apuntalan se nutran de la vida de miles de personas trabajadoras cada año. Como la vida del joven trabajador del taller de automoción del
polígono industrial ‘Les Casetes’, en Morella, a principios de este mes de noviembre; o la del joven de 34 años, trabajador de una subcontrata, fallecido hace apenas una semana en una empresa de Vilafamés mientras realizaba labores en las instalaciones de la misma.
Nuestra campaña ‘No somos números’ pretende poner en el centro la idea de que detrás de unas estadísticas anuales, existen circunstancias que las fomentan. El empresariado y la clase política que sirve al sistema capitalista nunca pondrán los mecanismos adecuados para erradicar el sufrimiento que padece la clase trabajadora. Es más, las condiciones que actualmente padecen miles de personas en sus centros de trabajo continuarán involucionando como se reflejan en los datos de las Encuestas de
Población Activa (EPA) que leemos periódicamente. La seguridad les cuesta dinero y a nosotras vidas.
No podemos permitir que se normalice las muertes de trabajadoras, ni mucho menos que se hablen de estas de manera superficial, sin tener en cuenta que las medidas que podrían frenar esta siniestralidad depende de la voluntad política y del juego que sus responsables le hagan o no a
a patronal. Un clarísimo ejemplo de ello, el 29 de octubre de 2024, la actividad laboral no se suspendió, mientras el agua arrasaba poblaciones y acabo con 229 vidas.
Hoy sabemos que la DANA disparó los accidentes laborales hasta 119, de los cuales hasta 32 fueron in itinere. Desde CGT tampoco queremos olvidar lo que supone sufrir un accidente laboral grave y no morir, pero tener que convivir con una enfermedad u otra realidad física el resto de la vida. Las Reformas Laborales y todo el marco jurídico que ha regulado y regula en el Estado español el trabajo y las relaciones de este con las personas no es compatible con la salud y la seguridad de quienes tienen que trabajar para vivir, especialmente para las personas más vulnerables del mercado laboral, como las migrantes.
No somos números.
Nuestras vidas importan.
No más muertes en el trabajo.
Secretariado Permanente del Comité Confederal de la CGT