
La Confederación General del Trabajo (CGT), una de las organizaciones convocantes de la jornada de Huelga General de este 15 de octubre contra el genocidio en Gaza y por una redistribución del gasto público en las necesidades reales de la población, ha valorado de manera positiva la participación en las movilizaciones y actos organizados este jueves.
Si bien es cierto que la jornada de huelga no ha tenido el impacto sindical que se deseaba, también lo es que la concienciación de las personas contra el genocidio y el gasto militar en armamento es cada vez más evidente. La sociedad, poco a poco, va tomando conciencia del sufrimiento que los ejércitos y las guerras capitalistas provocan en los seres humanos donde se desarrollan. Especialmente, es esperanzador que el seguimiento de la huelga y la participación en las movilizaciones hayan tenido un respaldo mayoritario de estudiantes y universitarios.

Por otro lado, CGT condena las cargas policiales totalmente desproporcionadas de los dispositivos de las fuerzas represivas del Estado, como los Mossos y la Policía Nacional en distintas ciudades. La represión ejercida hacia las manifestantes demuestra una vez más que la no-derogada ley mordaza es la herramienta más eficaz para controlar la indignación de la población y que esta ha venido y viene bien a cualquier gobierno. Esta normativa, que otorgó un inmenso poder a las fuerzas y cuerpos de “seguridad” del Estado, sigue intentando amedrentar a quienes deciden llevar hasta la primera línea la acción directa contra lo injusto.
En València, la violencia policial produjo heridos y se saldó con varias personas detenidas, las cuales han recuperado su libertad hace pocas horas.
En Barcelona, un despliegue numeroso de agentes de los Mossos y de la Guardia Urbana actuaron de forma desproporcionada en las movilizaciones de la tarde. En total, quince personas fueron detenidas a lo largo de la jornada. Agentes de la BRIMO, perteneciente a los Mossos d’Esquadra, apalearon a manifestantes pacíficos. Las cargas con gases lacrimógenos y pelotas de goma han ocasionado también numerosos heridos por golpes, caídas, porrazos, etc., así como identificaciones indiscriminadas entre manifestantes.

Una paz poco creíble
Desde que se conociera el “acuerdo” de paz al que se supone que Israel y Hamás han llegado hace pocos días, el ejército de Netanyahu ha continuado asesinando a personas en la franja de Gaza, incluidos periodistas. Miguel Fadrique, secretario general de CGT lo reivindica así: “en estos días de supuesto alto el fuego ya hemos comprobado cómo Israel lo ha vulnerado, asesinado a civiles que regresaban a sus casas, al periodista Saleh Al-jaafaraw, y cerrando varios corredores humanitarios. Y es que si la sociedad civil baja la guardia y se olvida de Palestina, esta nunca saldrá del genocidio y del asedio al que Israel les tiene sometido”.
La CGT lleva décadas posicionándose en contra de la opresión que desde 1948 se ejerce sobre Palestina con la connivencia de la Comunidad Internacional. El Estado de Israel está acostumbrado a no cumplir ninguna de las resoluciones o acuerdos internacionales que se han consensuado para evitar la masacre de seres humanos y construir una convivencia lo más pacífica posible entre pueblos. En este sentido, desde CGT insisten en no hablar de “guerra” entre palestinos e israelitas, porque los primeros llevan décadas aislados, -empobrecidos gracias a una estrategia sionista para expoliar recursos y robar territorios, perseguidos, torturados, encerrados durante años en cárceles inhumanas-, y los segundos disfrutan del respaldo de potencias mundiales que, aun siendo testigos del dolor a través de los medios internacionales, continúan manteniendo su cooperación con un genocidio.
No nos dejemos anestesiar mediáticamente, o “que el dolor no nos sea indiferente”
Ya se comprobó en otros conflictos bélicos donde los medios de comunicación retransmitieron en directo las consecuencias de una guerra. La guerra de Vietnam, en la década de los años 60, provocó el rechazo de la sociedad estadounidense y movilizó a millones de personas. Ocurrió con la del golfo pérsico en los años 90 del siglo XX, y también con la de Irak. Las personas reaccionaron contra lo que les mostraban determinados medios, pero también una importante parte de la sociedad se acostumbró a ver como algo “normal” el sufrimiento en países “lejanos” y a no preocuparse por averiguar o entender los orígenes o las raíces. CGT ha incidido en la oleada de críticas y de mensajes de odio que se han recibido por llevar a cabo una convocatoria, completamente legal, de una Huelga General contra el horror palestino, y en este sentido la organización anarcosindicalista ha puesto en valor el trabajo de muchos profesionales que con dignidad han logrado mantener informada a la población más consciente y movilizada del Estado español. Miguel Fadrique añade que “la jornada de ayer ha servido para dejar claro que una gran parte de la sociedad no ve con claridad que ese “alto el fuego” vaya a llegar a buen puerto. Por eso, la Huelga General era en esta ocasión más necesaria que nunca, así como la movilización social para que los acuerdos para ello conduzcan a una paz real y efectiva, que sea duradera, y que venga acompañada de una reparación de todo el daño generado al pueblo de Palestina”. En este sentido, Fadrique también ha comentado que desde CGT esperan que esta “reparación” no se convierta en la excusa para que los ricos vuelvan a sacar beneficio económico del sufrimiento de miles de seres humanos inocentes, “que la reparación no se convierta en un negocio urbanístico más para los grandes inversores”.

Futuras movilizaciones: hasta que Palestina sea realmente libre
Desde CGT se continuará en la línea de trabajo que se ha mantenido con los movimientos sociales, organizaciones sindicales combativas y de clase, y en general con los colectivos y personas que han venido apoyando y aportando a la causa del pueblo palestino. Es por ello que CGT continuará fomentando el debate y la participación, a través de su militancia y de sus relaciones con otras organizaciones y sectores, sobre todo lo que ocurra en la franja de Gaza y en los territorios ocupados por Israel. Las protestas y cualquier tipo de acción que se haga, y todas las que tendrán que venir, tienen sentido, son necesarias y por desgracia no van a finalizar tan pronto, como ya hemos comprobado en otros momentos de la historia. La organización anarcosindicalista ya defendió en la rueda de prensa de presentación de la huelga el pasado 10 de octubre, la insistencia en continuar haciendo presión desde la clase trabajadora para que los recursos comunes se destinen a las verdaderas necesidades de la gente, como la vivienda, la educación, la sanidad, el transporte, la ayuda a la dependencia, el blindaje de los derechos labores, etc.
Gabinete Prensa Comité Confederal CGT