Un mes más, volvemos a denunciar nuevos asesinatos de mujeres a manos de la violencia machista. Lejos de ser hechos aislados, son la expresión de una violencia estructural que persiste y que exige respuestas mucho más firmes y transformadoras. En lo que llevamos de 2025, ya son 31 las mujeres asesinadas. Desde 2003, la cifra asciende a 2.057 en el Estado español.

Desde CGT seguimos exigiendo justicia, recursos y un compromiso real: ¡basta de terrorismo machista!

Una vez más, nombramos a las mujeres asesinadas para que no sean invisibilizadas, para que no se normalice la violencia que las asesinó y para recordar que detrás de cada nombre hay una historia truncada que nunca debió terminar así:

  • Miriam Oliveira, 35 años. Haro (La Rioja). 25 de abril.
  • Triana Arias, 41 años. Las Palmas de Gran Canaria (Las Palmas, Canarias). 25 de abril.
  • Elvira M.B., 77 años. Colmenar Viejo (Madrid, Comunidad de Madrid). 30 de abril.
  • Dolores Corbalán Romera, 79 años. Sangonera La Seca (Murcia, Región de Murcia). 30 de abril.
  • Mujer de 32 años. San Blas, Madrid (Comunidad de Madrid). 11 de mayo.

Estos crímenes dejan también un impacto devastador sobre niñas y niños. Como en el caso de Dolores Corbalán, el asesinato se produjo delante de sus nietos, que presenciaron además cómo su madre y su abuelo resultaban gravemente heridos. Son menores que han perdido referentes, seguridad y estabilidad. Desde 2003, más de 1.860 niñas y niños han quedado huérfanos por violencia machista, al menos 970 de ellos siendo menores de edad. Exigimos que se implementen medidas específicas de reparación, acompañamiento psicológico, estabilidad familiar y acceso garantizado a sus derechos. La infancia no puede seguir siendo tratada como un daño colateral.

Frente a esta violencia persistente, no podemos conformarnos. Es urgente actuar.

Ante la continuidad de esta realidad, y las graves carencias en la protección de mujeres, criaturas y otros colectivos vulnerabilizados, desde CGT exigimos:

  1. Medidas efectivas de protección frente a todas las formas de violencia machista: física, psicológica, sexual, económica, simbólica, institucional, digital y vicaria. Es fundamental garantizar mecanismos de prevención, atención integral y protección que sean accesibles y eficaces.
  2. Acciones preventivas reales que actúen antes de que la violencia se produzca: formación continua en igualdad y prevención en el ámbito educativo, sanitario, asistencial y comunitario; sensibilización en todos los espacios del sistema público de intervención y atención, como servicios sociales, centros de salud, recursos de acogida o dispositivos de emergencia. Reclamamos también campañas sostenidas de sensibilización y la incorporación de una educación afectivo-sexual, feminista e inclusiva en todos los niveles educativos.
  3. Recursos y apoyo especializado para mujeres, niñas, niños y otras personas en situación de violencia, asegurando su protección, bienestar y acceso a derechos fundamentales. Esta protección debe adaptarse a las diversas realidades: mujeres mayores, jóvenes, migrantes, LGTBIQA+, con discapacidad, del ámbito rural o en situaciones de precariedad.
  4. Refuerzo de los protocolos de actuación ante todas las formas de violencia machista e interseccional, con formación específica para quienes intervienen en estas situaciones desde el ámbito público o comunitario.
  5. Asignación de recursos económicos suficientes para garantizar que estas medidas se lleven a cabo con eficacia y continuidad.
  6. Aplicación real de las leyes existentes, como la Ley Orgánica 1/2004, de Protección Integral contra la Violencia de Género; la Ley Orgánica 8/2021, de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia; la Ley Orgánica 10/2022, de Garantía Integral de la Libertad Sexual; la Ley 4/2023, para la Igualdad Real y Efectiva de las Personas Trans y para la Garantía de los Derechos LGTBI; entre otras.

Es imprescindible construir un sistema integral que no solo reaccione ante la violencia, sino que la prevenga y la transforme desde la raíz. Un sistema que proteja a mujeres, criaturas y a todas las personas vulnerabilizadas antes de que el daño ocurra. Que actúe no solo en el ámbito doméstico, sino también en las calles, los centros de trabajo, las instituciones y los espacios educativos.

¡La lucha contra la violencia machista es urgente, imprescindible y colectiva!

Secretaría de la Mujer – CGT