Iniciamos el segundo semestre del año con 49 mujeres asesinadas. Cinco vidas truncadas por un sistema que sigue fallando en la prevención, en la protección y en el acompañamiento a las víctimas. Desde 2003, ya son 2.075 mujeres asesinadas por violencia machista en el Estado español.


La violencia machista no es una suma de casos aislados: es estructural. Atraviesa la vida de miles de mujeres y de otros colectivos vulnerabilizados por el patriarcado, en todos los espacios: en el hogar, en el trabajo, en las calles y en las instituciones. Su máxima expresión —el feminicidio— es la punta de un iceberg de violencias cotidianas, muchas veces invisibilizadas, negadas o minimizadas.

Este mes denunciamos los asesinatos de:

  • Mujer de 28 años. Balaguer (Lleida, Cataluña). 21 de mayo. Noticia de investigación por violencia de género del 04/07/2025
  • María del Carmen, 57 años. Las Palmas de Gran Canaria (Islas Canarias). Fecha de hallazgo del cadáver el 25 de junio
  • Ramy Virginia Tacarelli, 41 años. Guadalajara (Guadalajara, Castilla-La Mancha). Fecha de hallazgo del cadáver el 25 de junio
  • Josefina, 62 años. Almería (Almería, Andalucía). 27 de junio
  • María Dolores (Lola) Fernández, 86 años. Pola de Laviana (Asturias). 2 de julio


Algunas mujeres ya habían denunciado. Otras no llegaron a hacerlo. Algunas vivían en entornos pequeños y rurales, otras en ciudades. La violencia machista adopta distintas formas, pero siempre encuentra el mismo patrón: instituciones que no actúan con la rapidez, el compromiso ni los recursos necesarios.


¡Basta ya de burocracia, falta de recursos e inacción! Exigimos a todas las instituciones coordinación y efectividad en las medidas de protección y seguimiento. Urge apoyo inmediato y especializado a las víctimas y sus entornos. Reivindicamos sensibilización y formación continua en todos los niveles, desde la administración hasta los servicios de atención directa, para implementar medidas que frenen esta lacra.


Además, es imprescindible que la lucha contra la violencia machista no se limite a la reacción institucional: necesitamos un cambio profundo a nivel social. Reclamamos más educación feminista y afectivo-sexual desde edades tempranas, formación continua en igualdad en todos los ámbitos profesionales, y campañas de sensibilización sostenidas que confronten el machismo estructural, desmonten mitos y generen una conciencia colectiva firme contra todas las formas de violencia patriarcal.


Frente a esta violencia persistente, no podemos conformarnos. Es urgente actuar.


Ante la continuidad de esta realidad, y las graves carencias en la protección de mujeres, criaturas y otros colectivos vulnerabilizados, desde CGT exigimos:


1. Medidas efectivas de protección frente a todas las formas de violencia machista: física, psicológica, sexual, económica, simbólica, institucional, digital y vicaria. Es fundamental garantizar mecanismos de prevención, atención integral y protección que sean accesibles y eficaces.


2. Acciones preventivas reales que actúen antes de que la violencia se produzca: formación continua en igualdad y prevención en el ámbito educativo, sanitario, asistencial y comunitario; sensibilización en todos los espacios del sistema público de intervención y atención, como servicios sociales, centros de salud, recursos de acogida o dispositivos de emergencia. Reclamamos también campañas sostenidas de sensibilización y la incorporación de una educación afectivo-sexual, feminista e inclusiva en todos los niveles educativos.


3. Recursos y apoyo especializado para mujeres, niñas, niños y otras personas en situación de violencia, asegurando su protección, bienestar y acceso a derechos fundamentales. Esta protección debe adaptarse a las diversas realidades: mujeres mayores, jóvenes, migrantes, LGTBIQA+, con discapacidad, del ámbito rural o en situaciones de precariedad.


4. Refuerzo de los protocolos de actuación ante todas las formas de violencia machista e interseccional, con formación específica para quienes intervienen en estas situaciones desde el ámbito público o comunitario.


5. Asignación de recursos económicos suficientes para garantizar que estas medidas se lleven a cabo con eficacia y continuidad.


6. Aplicación real de las leyes existentes, como la Ley Orgánica 1/2004, de Protección Integral contra la Violencia de Género; la Ley Orgánica 8/2021, de Protección Integral a la Infancia y la Adolescencia frente a la Violencia; la Ley Orgánica 10/2022, de Garantía Integral de la Libertad Sexual; la Ley 4/2023, para la Igualdad Real y Efectiva de las Personas Trans y para la Garantía de los Derechos LGTBI; entre otras.


Es imprescindible construir un sistema integral que no solo reaccione ante la violencia, sino que la prevenga y la transforme desde la raíz. Un sistema que proteja a mujeres, criaturas y a todas las personas vulnerabilizadas antes de que el daño ocurra. Que actúe no solo en el ámbito doméstico, sino también en las calles, los centros de trabajo, las instituciones y los espacios educativos.


¡La lucha contra la violencia machista es urgente, imprescindible y colectiva!


Secretaría de la Mujer – CGT