Tienen miedo a la evidente rabia social, como se ha expresado por ahora, y cómo se exprese en el futuro. La función represiva del Estado, expresada a través del mecanismo asesino de la Policía griega-y no sólo-, ya ha comenzado a extender sus tentáculos, en su esfuerzo por difundirse y sofocar cualquier estallido generalizado en el futuro. Fascistas, secretas, súbditos leales, amos de casa y otras escorias de la sociedad, se han movilizado para obrar como una extensión natural de esta formación asesina.

Es un hecho que debería preocuparnos a todos, es algo que sucedía, sin embargo ahora se está desarrollando de una manera más masiva, abierta, declarada y descarada. Está ocurriendo ante nuestros ojos. En una Atenas militarizada, con miles de policías de todo tipo esparcidos por todos los rincones de la ciudad.

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